En medio de las duras protestas contra el Gobierno, la presidenta del Pro disparó contra Alberto Fernández y sus allegados y se refirió a «la pérdida de centralidad política del kirchnerismo».
En este contexto de polémica por los piquetes y por el escándalo de Olivos, Patricia Bullrich, presidenta del PRO, se refirió a la “pérdida de centralidad” que sufre el Gobierno e hizo foco en La Cámpora. Le apuntó a Máximo Kirchner y su mayor creación, la agrupación política a la que describió como “burocratizada” y, en días de fuertes protestas contra el Gobierno, agregó: “No tiene control de la calle”.
“El kirchnerismo ha perdido centralidad política en la Argentina. No sabe para dónde ir, no tiene plan”, afirmó en LN+.
Y como señalando en un monitor hechos recientes, como las numerosas marchas sociales, puso como ejemplo a La Cámpora: “Está burocratizada, no tiene control de la calle”. E insistió: “No pueden armar un gobierno y tampoco lo va a poder armar Cristina Kirchner”.
Para Bullrich, al “modelo K” se lo ve “agotado” y recordó -con el filo declarativo que la caracteriza- que ya “fracasó en 2015”, en referencia a la derrota electoral de Daniel Scioli, tras la desgastada gestión de Cristina.
Asimismo, aseguró que “en este momento hay como un desgobierno, hay como una tupacamarización, tiran para distintos lados. No están focalizados. Hay una desestructuración del poder. Y eso es una debilidad para ellos”, con un análisis quirúrgico.
Además, la exministra de Seguridad de Mauricio Macri volvió a detallar cómo ve la actualidad del presidente Alberto Fernández, en el marco del escándalo por las fotos y los videos del cumpleaños de su pareja, Fabiola Yañez, en 2020, durante la cuarentena estricta: “La inmoralidad en la investidura presidencial hace que todos los argentinos estemos con una enorme tristeza”, reflexionó.
Recordó que el jefe de Estado fue “muy agresivo” con la oposición durante los meses de las restricciones más duras fijadas por él, pero resaltó que lo fue aún más “con la población”. Ese accionar, para Bullrich, tiene consecuencias. Algunas de las que esbozó parecieron temerarias. “Esto genera un sentimiento de rebelión porque el privilegio en el poder molesta mucho”, declamó.
“El Gobierno esconde y miente”, agregó, en su conclusión sobre el escándalo de Olivos que no para de dar novedades al tiempo que remarcó su objetivo de “reemplazar” a la actual gestión en 2023, “por supuesto”.